La cultura Latina está llena de pinceladas de colores, blanco, negro, y toda tonalidad en medio. Parte integral de quienes somos son nuestros ancestros importados desde África cuando las enfermedades y el trabajo arduo exterminaron al indígena. Así quedaron marcados en nuestro ADN rasgos inconfundibles de esa hermosa cultura africana unida a la de nuestros indígenas. Esa mezcla de razas y creencias, muchas veces a través de matrimonios interraciales, forman parte integral de nuestra idiosincrasia; y transformaron muchas áreas de nuestra cultura. Vemos la influencia de nuestras raíces africanas en la música, el arte, el lenguaje, la danza, entre otras.
El afrolatino, también conocido como “pardo”, “mulato”, o “mestizo”, es de uno o ambos padres latinos con descendencia africana. Para muchos ha sido sorpresa el movimiento de afro latinidad, pero no es un concepto nuevo, ni únicamente reservado para afroamericanos. Desde el siglo pasado encontramos movimientos para crear conciencia en torno a este sector de la sociedad en diversos países de latino América.
Sectores que por años sufrieron menosprecio comenzaron a alzar sus voces en torno a sus raíces y su validez como individuos esenciales de la sociedad y aportación en numerosos ámbitos. Es importante resaltar
precursores como Roberto Clemente, Rafael Almeida, Pelé, Armando Marsans y Orlando Cepeda, que a mediados del siglo pasado se abrieron camino en las grandes ligas de la pelota en Norteamérica. Varios mucho antes que Jackie Robinson hiciera historia en el 1947 al entrar en la alineación con los Dodgers.
En las artes y el entretenimiento encontramos nombres como Celia Cruz, Mario Bauza, Johnny Pacheco, del grupo La Fania, Oscar D’Leon, Machito y Negrura Peruana. Estos artistas abrieron camino para que hoy Rosario Dawson, Esperanza Spalding and Zoé Saldana puedan expresar su arte y talento en la pantalla grande.
Afrolatinos es un término que representa una mezcla de culturas, una expresión de quienes somos en base a una herencia y cultura. En una encuesta realizada por Pew Research Center demostró que un cuarto de los Latinos en los Estados Unidos se identificó como Afrolatinos, Afrocaribeños o descendientes africanos nacidos en América Latina.
Estas cifras arrojan luz a la importancia de entender que somos países multirraciales, con rasgos que abarcan siglos de historias y mezclas étnicas que no se pueden negar. Nuestro vocabulario es testigo de palabras introducidas por esclavos africanos que llegaron a nuestros países: bembé, banana, bomba, candungo, changa, chimpancé, dengue, gandul, mambo, entre muchas otras. Como latinos debemos rechazar el racismo porque de una u otra forma la sangre africana corre por nuestras venas, sin importar el color de la piel.
Rechacemos aquello que nos separa y abracemos nuestra multifacética cultura. Celebremos la amalgama de colores que nos representa como cultura, que nos da identidad como pueblo y nos une a una humanidad forjada en tres continentes: América, Europa y África.